El día de hoy, 24 de febrero, la comunidad de Rionegro, Santander, se encuentra consternada por un trágico incidente que ha dejado un profundo dolor en el corazón de Jhon Carlos Fajardo Márquez, un vendedor ambulante que trabaja frente al estadio de fútbol local.
Jhon Carlos, conocido por su labor vendiendo tintos, agua y gaseosas en el resalto cercano al estadio, compartía algunas veces su jornada laboral con su hijo menor, Andrés Isaac, un niño de tan solo año y medio de edad. El próximo 10 de junio, Andrés cumpliría dos años de vida.
El relato de lo sucedido es desgarrador. En la mañana de hoy, mientras atendía su puesto de venta, Jhon Carlos fue abordado por un carro particular que solicitó una botella de agua. Mientras realizaba la transacción, su hijo se encontraba al otro lado de la carretera, en el andén. En un fatídico momento, Andrés atravesó la vía para estar cerca de su padre. Fue entonces cuando un tractocamión, que pasaba sobre el resalto, no logró frenar a tiempo y arrolló al pequeño, provocando su fallecimiento de manera instantánea y trágica.
«Yo lo quería dejar en una guardería mientras trabajaba, pero no me lo recibieron», expresó Jhon Carlos, quien se encuentra sumido en una profunda pena. Según testigos, el padre del niño no pudo reaccionar a tiempo para evitar la tragedia, y cuando alertó al conductor, ya era demasiado tarde.
Miembros de la Sijín de la Policía en Rionegro se encargaron del levantamiento del cuerpo y serán los encargados de esclarecer las causas exactas de este lamentable incidente. Aunque se baraja la hipótesis de una imprudencia por parte del niño, la comunidad se une en un profundo lamento por la pérdida de Andrés Isaac, un niño cuya vida se vio truncada de manera abrupta.
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