La Costa Caribe se encuentra sumida en una crisis energética que ha convertido la vida de sus habitantes en un calvario. Las familias reciben facturas de luz impagables, que en algunos casos superan el salario mínimo. Un ejemplo de esto es el de una familia que vio cómo su recibo pasó de $1.105.000 a la exorbitante cifra de $3.824.000, dejándolos sin recursos para cubrir otras necesidades básicas.
Esta situación insostenible ha llevado a que muchos negocios se vean obligados a cerrar sus puertas, ante la imposibilidad de afrontar el aumento del 50% en la tarifa de energía. La desesperación se apodera de las comunidades, donde cada vez son más las personas que se encuentran al borde del desalojo por no poder pagar sus recibos.
Los cortes de luz se han convertido en una constante, afectando a todos los sectores de la sociedad. Restaurantes que se ven obligados a botar comida por la falta de refrigeración, pacientes que dependen de equipos médicos que se ven interrumpidos abruptamente y un sinfín de inconvenientes que alteran la vida cotidiana.
Las raíces de un problema complejo:
Las causas de esta crisis energética son complejas y tienen sus raíces en una serie de factores que se han ido acumulando durante años. La deficiente infraestructura energética, producto de la falta de inversión y la negligencia de las empresas que la han operado, es uno de los principales responsables. Electricaribe, la empresa que durante años prestó el servicio en la Costa Caribe, se convirtió en una ineficiencia y el maltrato a los usuarios, dejando un legado de 90 horas al año sin luz y una población harta que llegó a protestar quemando las facturas.
La situación se agravó con la llegada del fenómeno de El Niño, que redujo la generación hidroeléctrica, obligando a recurrir a las termoeléctricas, mucho más costosas. A esto se suma la controvertida «opción tarifaria» implementada por el gobierno de Duque, una medida que pospuso el pago del consumo de energía durante la pandemia, pero que ahora se cobra con creces, generando un impacto desproporcionado en los usuarios de la Costa Caribe.
Las pérdidas técnicas y no técnicas, como el robo de energía y los cobros dudosos por parte de las empresas, también contribuyen al aumento del costo para los usuarios. Además, se les carga un impuesto adicional en la factura por alumbrado público y seguridad, en algunas ciudades y departamentos, sin relación con el consumo de energía, lo que representa una carga adicional injustificada, para la mayoría.
La falta de compromiso y acción por parte del gobierno, las empresas y las autoridades solo agrava la situación. El gobierno se desentiende del problema, las empresas se niegan a asumir sus responsabilidades. Los alcaldes y gobernadores miran para otro lado, sin mostrar voluntad de buscar soluciones conjuntas.
Mientras tanto, la gente de la Costa exige una solución justa ya. No más abusos, no más indiferencia. Se necesita una acción urgente por parte de todos los actores involucrados para encontrar una salida a esta crisis que amenaza con hundir a la región en la miseria.
Posibles soluciones
Si bien la solución definitiva a la crisis energética de la Costa Caribe requiere de medidas a largo plazo como la revisión de la fórmula para calcular el costo de la luz, la inversión en energías renovables y la reforma del sector eléctrico, es importante tomar medidas urgentes para aliviar la situación actual.
El gobierno debe actuar con celeridad y asumir su responsabilidad. Las propuestas de Petro para avanzar en la transición energética y regular los precios son un paso en la dirección correcta, pero necesitan ser implementadas de manera efectiva y sin «trabas burocráticas».
Las empresas, por su parte, deben asumir su parte en la solución. Es necesario que transparenten sus procesos, eliminen las prácticas abusivas y se comprometan a mejorar la calidad del servicio.
Las alcaldías y gobernaciones también tienen un papel que jugar. Negarse a bajar impuestos solo prolonga el sufrimiento de la población. Es necesario que se busquen alternativas para reducir los costos y aliviar la carga sobre los usuarios.
La solución a la crisis energética de la Costa Caribe requiere de un esfuerzo conjunto y solidario por parte de todos los actores involucrados.
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