El 18 de octubre del año 2022, se conoció un oscuro capítulo de crimen y corrupción que había estado en las sombras durante demasiado tiempo. El capítulo trata sobre el asesinato extrajudicial de Jorge Juan Gil Mercado, un residente del municipio de Betulia, Sucre. Su cuerpo, con múltiples impactos de bala, fue hallado el 1 de julio del mismo año en el tramo Lorica – San Bernardo del Viento. Jorge Juan Gil Mercado fue raptado de una buseta en la que viajaba de Sincelejo a San Onofre, marcando el inicio de una búsqueda de la verdad que finalmente ha arrojado luz sobre este crimen atroz.
Junto al cuerpo de Jorge Juan Gil Mercado, también se encontraba el de Jannier Ruiz Algueta, originario de Bogotá. Este descubrimiento macabro conmocionó a la comunidad y dejó preguntas sin respuesta durante demasiado tiempo. Sin embargo, gracias a la diligencia y la determinación de la Dijín en coordinación con la Fiscalía, el caso finalmente empezó a desentrañarse.
El capitán Luis Alberto Regino Garnautt, quien en ese momento se desempeñaba como comandante del Gaula Policía Sucre, fue detenido como sospechoso principal en relación con estos crímenes. Pero la red de corrupción y crimen no se detuvo allí. Otro capitán, un intendente y seis patrulleros también fueron arrestados en relación con este caso.
Los delitos imputados a estos individuos son verdaderamente aberrantes. La Fiscalía 11 seccional Unidad Delegada para la Seguridad Territorial de Bogotá ha solicitado su arresto por los delitos de secuestro, homicidio, tortura, alteración de elementos materiales probatorios y evidencia física. Las órdenes de captura fueron emitidas por el Juzgado Primero Promiscuo Municipal de Lorica, Córdoba. Según se ha conocido, los detenidos enfrentan audiencias en la capital del país.
Este caso, que involucra a miembros de la fuerza pública ha generado repudio. No podemos ignorar que un mes y cuatro días antes de este incidente, se produjo otro suceso conocido como el «falso positivo de Chochó», en el que tres jóvenes perdieron la vida y 11 uniformados fueron detenidos. Este evento puso en tela de juicio el actuar de la Policía en Sucre y dejó a la comunidad preocupada.
Durante los meses de junio y julio del año pasado, la tensión se apoderó de la mayoría de los municipios sucreños debido a los continuos ataques del Clan del Golfo a la fuerza pública. Este clima de inseguridad colectiva proporcionó la cortina de humo perfecta para ocultar el secuestro, la tortura y el homicidio de Jorge Juan Gil Mercado. La víctima, de 25 años, fue señalada, sentenciada y perseguida por la Policía, supuestamente debido a su presunta participación en un atentado contra la institución policial ocurrido el 29 de junio del mismo año en Betulia. Sin embargo, las pruebas posteriores demostraron que Jorge Juan era inocente y que los verdaderos responsables habían sido capturados meses antes.
El testimonio de Karlin Rondón, esposa de Jorge Juan, revela la brutalidad de la situación. En un intento por obtener información sobre el paradero de su esposo, la Policía la sometió a golpes y amenazas. Karlin relata que los agentes la presionaron con violencia y le apuntaron con armas de fuego, incluso metiéndole una pistola en la boca.
María Luisa Mercado, madre de Jorge Juan, también fue víctima de la intimidación de la Policía. Cuando llegó a la casa de su hijo tras ser alertada por los vecinos sobre la violencia que estaba ocurriendo, fue recibida con desprecio por parte de los agentes. La acusaron de ser una cómplice y de no entender la gravedad de las acciones de su hijo. A pesar de que había evidencia de que el ataque en el que supuestamente había participado Jorge Juan no era obra suya, la Policía se mantuvo firme en sus acusaciones.